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Norton Children's

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Cómo ayudar a su hijo después de un trauma

Los padres hacen cuanto pueden para proteger a sus hijos. Pero, lamentablemente, muchos niños atraviesan traumas emocionales.

Un trauma es un suceso que es profundamente nocivo, angustioso o aterrador para quien lo vive. Cosas como el maltrato y los abusos sexuales, la violencia, los accidentes o los desastres naturales son traumas. Perder la casa, perder a un padre o pasar una enfermedad grave también pueden ser traumas.

Los traumas son sucesos graves que hacen que los niños teman por su vida o por su seguridad. 

Después de tener un trauma, sus efectos emocionales pueden durar mucho tiempo. Puede ser difícil seguir adelante. A algunos niños, los traumas los pueden llevar a tener trastornos por estrés postraumático.

Pero los niños se pueden recuperar de los traumas. Hay terapias que pueden ayudar. Los niños también pueden necesitar un mayor consuelo y apoyo emocional por parte de sus padres.

¿Cómo afectan los traumas a los niños?

Los traumas afectan al sentido de la seguridad y de la confianza de los niños. Después de tener un trauma, los niños se siguen sintiendo tensos y asustados. Algunos de ellos se sienten solos, tristes, enfadados o culpables. Puede pensar que son ellos quienes tienen la culpa de lo que les ha ocurrido. A algunos niños, les genera una pérdida en su autoestima o dignidad personal. A otros, les causa un profunda pena.

Los traumas también pueden afectar al estado de ánimo, el comportamiento y el sueño de un niño. Algunos niños se deprimen. Pueden ponerse cascarrabias o parecer estar muy tristes. Hay otros que se meten en problemas más a menudo o a quienes les va peor en los estudios. Algunos desarrollan nuevos miedos o tienen problemas para dormir. Y hay otros que tienen recuerdos aterradores, llamados flashbacks. A menudo, los niños evitan las cosas que les recuerdan al trauma.

Después de tener un trauma, algunos niños comparten cómo se sienten. Pero hay otros que se lo guardan todo para sí mismos. Pueden tratar de ocultar lo que sienten o tratar de quitárselo de la cabeza. Pueden creer que los demás esperan que ellos se repongan y lo superen.  Y hay otros a quienes les faltan las palabras para expresar sus sentimientos. Por cualquiera de estos motivos, un padre puede no saber qué es lo que está sintiendo su hijo. 

¿Cómo ayuda la terapia a recuperarse después de un trauma?

La terapia ofrece a los niños una oportunidad para compartir sus sentimientos, explicar lo que han vivido y recibir apoyo. En la terapia, los niños aprenden a hablar sobre lo que han vivido. Aprenden habilidades de afrontamiento y de relajación. Aprenden a adaptarse a lo que piensan y sienten sobre el trauma. Poco a poco, van aprendiendo a afrontar las cosas que tendían a evitar. La terapia ayuda a los niños a encontrar su propia valentía y a ganar confianza. 

La terapia para superar los traumas se llama terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma. Esta terapia incluye actividades que implican hablar, jugar y actividades de aprendizaje que ayudan a recuperarse del trauma.

La terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma también ayuda a los padres. Es lógico que a los padres les afecte mucho la experiencia que hayan vivido sus hijos. En este tipo de terapia, los padres reciben el apoyo que necesitan. Reciben consejos sobre cómo ayudar a sus hijos en casa.

En la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma, los padres desempeñan un papel importante en el proceso de recuperación de sus hijos. Se forman en maneras de escuchar para ayudar a sus hijos a abrirse, expresarse y sentirse cerca. Los padres ayudan a sus hijos a practicar sus habilidades en casa. Y comparten su satisfacción cuando su hijo avanza.

¿Cómo puedo encontrar terapia para mi hijo?

Hable con el médico de su hijo.  Hágale saber por qué experiencia ha pasado su hijo. Los médicos también cuidan de la salud mental de sus pacientes.

Pida al médico de su hijo que le recomiende a un terapeuta bien formado que pueda ayudar a su hijo. Es posible que deba llevar a su hijo a terapia una vez a la semana durante unos pocos meses. Usted irá viendo cómo va avanzando.

¿Cómo le puedo dar a mi hijo el apoyo extra que necesita?

Después de sufrir un trauma, su hijo necesita su consuelo y su apoyo más que nunca.  Asegúrese de que: 

  • Pasa tiempo con su hijo.  Haga con él cosas que sean relajantes, agradables o divertidas. Cocinen juntos, dense un paseo, jueguen, lean, hagan manualidades o canten. Traten de hacerlo cada día, aunque solo sea durante uno pocos minutos.
  • Educa a su hijo con paciencia y ternura. Use palabras agradables. Felicítelo cuando su hijo esté haciendo bien alguna cosa o se esté esforzando mucho. Haga que su hijo sepa que está orgulloso de él. Tenga paciencia cuando su hijo cometa errores. Muéstrele cómo volverlo a intentar.
  • Le muestra que lo quiere. Dele besos, abrazos, sonrisas, caricias y palabras amables para mostrarle que lo quiere. Use palabras que le transmitan tranquilidad y ofrézcale su apoyo cuando su hijo esté alterado o angustiado.
  • Tienen rutinas relajantes.  Resérvense unos pocos minutos cada día a la hora de acostarse por la noche (o en otro momento) para leer juntos, abrazarse o cantarle una canción a su hijo. Para los niños mayores, tengan una rutina diaria de darse un abrazo de buenas noches, precedido de unos pocos minutos para hablar, escuchar y reírse juntos. Estos minutos de atención, dedicados exclusivamente a su hijo, le pueden ayudar a sentirse tranquilo, seguro y relajado. 

Pueden parecer cosas pequeñas, pero son muy importantes. Darle su tiempo y su apoyo hace que su hijo se sienta querido y más cercano a usted. Después de un trauma, esta cercanía importa más que nunca. 

Revisor médico: Allison T. Dovi, PhD
Fecha de revisión: marzo de 2021