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Hospital Sant Joan de Deu

Hospital Sant Joan de Deu Barcelona
Passeig de Sant Joan de Deu, 2
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Barcelona, España
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Cuando el bebé empieza a comer con las manos

Hasta ahora, dar de comer a su bebé era trabajo de usted. Pero alrededor de los 9 meses, su pequeño empezará a hacer esto solo.

Cuando los bebes comienzan a comer solos -una nueva tarea que muchos disfrutan enormemente-, descubren que les gusta probar nuevos sabores y texturas. Los purés para bebés y papillas de cereales ya no son la única cosa que compone su menú.

Nueve meses es una buena edad para que los niños empiecen a comer con las manos. A esa edad la mayoría de los bebés habrán desarrollado las habilidades de motricidad fina -la habilidad de realizar pequeños movimientos precisos- y serán capaces de coger trocitos de comida y comérselos solos. Posiblemente usted advertirá que su pequeño de 9 meses puede agarrar la comida (y otros objetos pequeños) entre el dedo índice y el pulgar formando un pinza. Al principio utilizan esta pinza digital con un poco de torpeza, pero con la práctica aprender pronto a usarla con destreza y eficacia.

Permita que sus hijo se alimente solo tanto como sea posible, aunque seguirá teniendo que ayudarle a con la cuchara los cereales u otros alimentos importantes de su dieta. Al fomentar que coma con los dedos, está ayudando a su hijo a desarrollar hábitos saludables para alimentarse de manera independiente.

Comer solo con las manos –y un poco más tarde con los cubiertos- le da a su hijo un cierto grado de control sobre lo que come y cuánto come. A veces su hijo se comerá la comida, otras veces no, y todo esto forma parte del proceso de aprender a autorregularse. Incluso los niños pequeños pueden saber cuándo tienen hambre y cuándo están llenos, así que permítales que reconozcan esto y responda a las señales que le den.

¿Qué debería comer mi bebé?

Cuando empiezan a compartir el momento de la comida con el resto de la familia, los bebés que son ya algo mayores están preparados –y a menudo deseosos- de probar más comidas de las que toman los adultos.

Esto significará más trabajo para quien sea que prepare la comida de la familia, pero los platos a menudo pueden adaptarse para los bebés. Por ejemplo, su hijito puede comer los calabacines que ha preparado para la cena siempre que cocine un poco más su ración –hasta que esté blanda- y la corte en trocitos lo suficientemente pequeños para que él pueda tomarlos. Otras posibilidades son trozos de plátano maduro, pasta bien cocida y trocitos de pollo.

Antes de ofrecerle a su hijo algo para que lo coma con las manos, pruebe usted un poquito y pregúntese:

  • ¿Se deshace en la boca? Algunos cereales secos y galletas saladas que son ligeros y tienen una textura de copos o de hojaldre se deshacen bien en la boca.
  • ¿Está suficientemente cocinado como para que se convierta con facilidad en una papilla? Las frutas y las verduras bien cocidas pueden aplastarse fácilmente, y lo mismo ocurre con las verduras y frutas en conserva (elija las que no llevan azúcar ni sal añadidos).
  • ¿Es una comida blanda? El requesón, el queso rallado o los trocitos de tofu son buenos ejemplos.
  • ¿Puede triturarse con las encías? Los trocitos de plátano crudo y la pasta bien cocida pueden triturarse bien con las encías.
  • ¿Es suficientemente pequeño? La comida debe partirse en trocitos pequeños. El tamaño variará dependiendo de la textura de la comida. El pollo, por ejemplo, debe partirse en trocitos más pequeños que la sandía, que incluso las encías de un bebé pueden aplastar.

Si a su hijo no le gusta una comida, no deje que esto le impida volver a ofrecérsela en otra ocasión en el futuro. Es natural que los niños sean lentos para aceptar nuevos sabores y texturas. Por ejemplo, algunos niños son más sensibles a las texturas y pueden rechazar alimentos que tengan una textura áspera, como la carne. Para introducir la carne en su dieta, es conveniente empezar con la carne picada bien cocida o con tiras de lonchas finas de carne asada, por ejemplo, de pavo.

Ofrezca a su bebé alimentos variados, incluso los que una semana antes pueden no haberle gustado. No lo fuerce a comer, pero sea consciente de que pueden hacer falta 10 intentos o más hasta que un niño acepte una comida nueva.

Comidas para comer con las manos que debe evitar

Comer con las manos es divertido y gratificante para los bebés mayores, pero es importante que evite darle comidas con las que podría atragantarse o que tengan un valor nutritivo bajo.

Peligro de atragantarse. Los padres y cuidadores pueden ayudar a evitar que un niño se atragante vigilándolo mientras come. Los alimentos que pueden conllevar un riesgo de atragantarse incluyen:

  • Trozos de verduras crudas o fruta dura
  • Uvas enteras o tomatitos cherry (en vez de darle las uvas y los tomatitos pelados y cortados a cuartos)
  • Pasas de uva u otras frutas secas
  • Frutos secos (por ejemplo, maní, almendras, nueces) y semillas
  • Cucharadas llenas de manteca de maní u otro tipo de fruto seco (solo utilice una capa delgada)
  • Salchichas enteras (pélelas y córtelas en trocitos)
  • Pan sin tostar; en especial el pan blanco que se pega al interior de la boca
  • Trozos de queso o carne
  • Caramelos duros, gomas de mascar y gomitas
  • Palomas de maíz, pretzels, papas fritas
  • Malvaviscos

No le dé dulces todavía. Al primer bocado, a su bebé le encantará el sabor de las galletas, pasteles y otros dulces, pero no los introduzca en su dieta todavía. Su hijo necesita comer alimentos ricos en nutrientes en vez de consumir las colorías no nutritivas de los postres y de los aperitivos con alto contenido en grasas, como las patatas fritas.

Es una tentación querer ver las reacciones del bebé a algunas de estas comidas, pero ahora no es el momento de hacerlo. Los abuelos y otras personas pueden tener prisa por que pruebe los pasteles de chocolate o cualquier otro plato favorito de la familia. Amablemente pero con firmeza, explíqueles que el bebé no está preparado aún para estas comidas. Puede echarle la culpa a su pediatra; a él no le importará.

Revisor médico: Elana Pearl Ben-Joseph, MD
Fecha de revisión: junio de 2018